miércoles, 29 de enero de 2014

Receta de Tarta de Manzana

La tarta de manzanas es uno de los postres más típicos y fáciles de hacer. Existen multitud de recetas y opciones para crear una tarta única y deliciosa. Además, es un postre que nos ofrece muchas opciones para acompañarlo. Como puede ser con helado de melón, cuya forma de elaborarse es muy sencilla también.

Los ingredientes para la tarta de manzana

Para una tarta de manzana para unas 6-8 personas, vamos a necesitar: 4 manzanas, 125 gramos de mantequilla, 125 gramos de azúcar, 3 huevos grandes, 150 gramos de harina, 15 gramos de levadura y gasificante (opcional).

Para hacerla, solo vamos a utilizar un bol donde mezclar los ingredientes y un molde para el horno, preferiblemente de metal y desmoldable aunque con los de silicona tampoco va a existir ningún problema.

Preparando del postre

En primer lugar, pelamos las manzanas. La elección de las mismas, pues es al gusto de cada uno. Si usamos manzanas verdes va a quedar más ácida, si usamos rojas pues más dulce. Lo habitual es usar las amarillas, que son más económicas y dan un buen sabor a la misma. Una vez peladas las manzanas, las cortamos en cuatro y les quitamos el corazón, el rabillo y si tienen alguna parte mala. Picamos dos en trocitos pequeños y las otras dos las reservamos.

En un bol, mezclamos el azúcar con la mantequilla, que deberá estar blanda pero no derretida por el microondas. Por ello es recomendable tenerla fuera de la nevera un tiempo antes, aunque con el roce de las varillas al remover se irá ablandando. Una vez tengamos la crema de mantequilla y azúcar, vamos incorporando los huevos, uno a uno. Cuando tengamos la masa trabajada, vamos añadiendo la harina y la levadura, preferiblemente tamizadas.

Lo importante es que la mezcla final acabe sin grumos. En caso de usar gasificante, para que quede más esponjosa, lo incorporamos ahora. Una vez que estén todos los ingredientes agregados, incorporamos los trozos de manzana y removemos bien.

Al horno

Antes que nada, precalentamos el horno a 180º unos 10 minutos. En caso de usar molde de metal, vamos a tener que engrasarlo con mantequilla y espolvorear un poco de harina para que no se pegue. Una vez preparado el molde, ponemos la mezcla anterior y dejamos la superficie plana.

Ahora, cogemos las dos manzanas que teníamos reservadas y las cortamos en láminas, de modo que los gajos de manzana queden, más o menos, en forma de media luna y los colocamos sobre la mezcla que tenemos dentro del molde. Si no queremos que las manzanas se nos hundan, debemos espolvorear un poco de harina por la superficie. Metemos al horno, dejamos cocinar entre 35 y 40 minutos a 180º, hasta que la hoja de un cuchillo, al clavarla, salga limpia.

Extras en la tarta de manzana

Como cualquier postre siempre cabe la posibilidad de añadirle cosas o hacerlo más vistoso. Si queremos darle brillo a nuestra tarta, cuando queden unos 5 minutos para finalizar su cocción, la sacamos un instante y la pintamos con huevo batido. Esto hará que nuestra tarta tenga otro toque. También se puede hacer con mermelada de manzana y quedará igual de lustrosa.

Además, a la masa, podemos añadir frutos secos, como almendras picadas o nueces, que le darán otra textura y un buen toque entre lo dulce y lo salado.

miércoles, 22 de enero de 2014

Receta de polo helado de papaya y crema de coco

Siempre es un buen momento para disfrutar de un helado pero sin duda alguna cuando aprieta el calor nuestras ganas por algo frío se acrecientan. Así que para evitar consumir demasiados productos procesados, es una buena opción crear nuestro propio postre, y sobre todo, algo más sano.

El aporte vitamínico de la papaya

La papaya es una de las frutas del verano y una gran fuente de vitaminas A, B1, B2, B3 o C, entre muchas otras. También tiene un bajo aporte calórico y es muy fácil de encontrar en la época estival. La crema de coco por su parte no es tan sana como la papaya pero solo se usa para darle un toque cremoso al polo.

Para hacer los polos o helados, vamos a necesitar una papaya pequeña, (que pelada, y sin semillas, pese unos 300 o 400 gramos), 30 ml de zumo de lima, 60 ml de leche de coco y 60 ml de agua. También vamos a necesitar poleras (moldes de paleta) o algo similar y una batidora.

Preparación del helado papaya y crema de coco

En primer lugar, cogemos la papaya y la pelamos. Quitamos las pipas negras si las tuviera y cortamos en trozos manejables. Lavamos la lima y la exprimimos, intentando que no caiga mucha pulpa en el zumo, aunque luego lo podemos colar.

Ponemos la papaya troceada, el zumo, el agua y la leche de coco en un recipiente apto para la la batidora y batimos hasta conseguir una crema suave. Cogemos la crema resultante y la vamos introduciendo en las poleras. Dejamos congelar al menos 2 o 3 horas y consumimos.

Las opciones para elaborar el polo

En primer lugar, está la elección de la papaya. Para la preparación de estos polos es conveniente que esté más o menos madura, puesto que si la usamos muy verde va a quedar algo amarga y lo más probable es que quede como con trocitos y menos dulce.

En segundo lugar tenemos la leche de coco. Al ser un producto no muy habitual en España, puede que algunos tengan dificultades para encontrarlos en los supermercados. Dicho producto, además de encontrarse en la mayoría de grandes superficies, es muy fácil de comprar en supermercados orientales. Normalmente viene en una lata de unos 200 ml, que aunque para hacer los polos nos va a sobrar, también se puede consumir sola directamente.

Si no encontráramos leche de coco, se puede sustituir por leche desnatada, pero habrá que añadir algún tipo de edulcorante, ya sea azúcar, miel, melaza... al gusto del consumidor. Si añadimos azúcar habrá que disolverla primero en agua o usar azúcar glasé para evitar los granos.

Por último, nos encontramos con los moldes para los polos. Si se tienen en casa pues no hay problema y realmente son muy baratos y fáciles de encontrar, pero si no queremos gastarnos dinero en eso, siempre cabe la posibilidad de usar otros moldes alternativos como son envases de yogur vacíos. Podemos usarlos como moldes y como palo pues si tenemos guardados de madera mejor que mejor y si no, siempre se pueden usar cucharillas. En este caso, para que se mueva la cucharilla en el congelador, taparemos cada molde con papel de aluminio e introducimos la cuchara por una abertura para que esté sujeta.

miércoles, 15 de enero de 2014

Empanadillas de carne y de atún

La empanadilla es un plato bastante típico en España. Una variante de la empanada pero a diferencia de esta, que se hace al horno, la empanadilla suele freírse en aceite, aunque también se puede hacer al horno si se quiere huir de los fritos.

Como en todos lados, cada maestrillo tiene su librillo y hay mil y una formas de hacer empanadillas puesto que existen muchas posibilidades de variar su relleno. Al ser una masa neutra, se puede usar tanto para dulce, como las exquisitas truchas de batata de Gran Canaria o para introducir algo salado, como en este caso son las empanadillas.

Comprar la masa congelada

Para la realización de estas recetas, vamos a utilizar las obleas pre-cocinadas que se venden en cualquier sección de congelados. El motivo, la facilidad. Hacer nosotros mismos la masa implica invertir mucho tiempo, y para que al final, el resultado sea casi igual (si es que sale bien la masa).

Por ello, es mejor no complicarse. Lo único que tenemos que recordar es que las obleas hay que descongelarlas a temperatura ambiente alrededor de una hora antes de rellenarlas. También vamos a necesitar sartén que no se pegue, una cuchara de madera, unas pinzas o espumillera para freír y papel de cocina.

La receta está pensada para rellenar 16 obleas. Si se quieren hacer más, basta con duplicar los ingredientes, más o menos, en esa proporción. Como siempre, hay que leer la receta completa antes de empezar.

Empanadillas de carne

Para ellas vamos a necesitar: 300g gramos de carne picada, medio pimiento rojo pequeño, una cebolla. 50 mililitros de leche, una cucharada de harina, mostaza en polvo (opcional), orégano (opcional) y cilantro seco (opcional).

Cortamos la cebolla y el pimiento pequeño para que los trozos no sean excesivamente grandes. Por ejemplo la cebolla podemos cortarla en aros y luego partir ese aro en otros cuatro trozos. En un poco de aceite de oliva, pochamos la cebolla con el pimiento, mejor a fuego lento para que vaya incorporando el sabor. A esta mezcla, añadimos un poco de mostaza en polvo, el orégano y cilantro seco en caso que lo queramos.

También se puede añadir especias a elegir, o algo de tabasco si las queremos picantes. Una vez que esté pochado, escurrimos el aceite y reservamos. Con ese aceite sobrante, freímos la carne con un poco de sal y pimienta a gusto. Si queremos añadirle un poco de tomillo se puede hacer. Hay que evitar que la carne molida se junte, así que podemos ir separándola con una cuchara de madera que no ralle la sartén. Una vez frita, añadimos la cebolla y pimiento y removemos. A esta mezcla, añadimos la leche y la harina. Removemos bien y dejamos reposar apartada.

Empanadillas de atún

Para las de atún, necesitaremos: Una lata grande de atún (220 gramos sin escurrir) en aceite de girasol u oliva, según prefiramos. Un trozo de pimiento verde, una cebolla, ocho aceitunas de anchoa y dos o tres cucharadas soperas de tomate frito o Ketchup.

Análogamente a las de carne, pochamos la cebolla con el pimiento verde. Una vez que esté blando, añadimos el atún escurrido y removemos. Cortamos las aceitunas pequeñitas, cada aceituna en cinco o seis trozos y las añadimos a la mezcla. Una vez estén todos los ingredientes incorporados, añadimos el tomate, removemos y dejamos enfriar un poco.

El relleno de las obleas

Rellenar las empanadillas no tiene ciencia, pero hay unos pasos que tenemos que seguir. El primero de todo, es evitar que el relleno tenga aceite y el segundo es no rellenar en exceso. Para cerrar las obleas bien, vamos a necesitar un tenedor y un poco de agua en un platito o taza. Con una cuchara sopera, colmada no deberemos tener problemas para cerrarla. Ponemos la mezcla en el centro de la oblea, intentando que no sea demasiada cantidad.

Una vez que hagamos una ya no habrá problemas. Antes de cerrar la oblea, hay que poner un poco de agua en el borde. Lo podemos hacer con el dedo si lo tenemos limpio o con un pincel de cocina. Una vez humedecido, cerramos intentando coincidir borde con borde. Si hemos puesto mucho relleno, más vale retirar un poco antes de cerrar. Para cerrar presionamos ligeramente con el dedo, y luego con el tenedor, "grapando" los bordes.

Al freír las empanadillas

Freír las empanadillas es el proceso más rápido de todos. Si no queremos gastar mucha aceite, lo normal es hacerlo en una sartén más bien pequeña, puesto que tiene que tener al menos un dedo de aceite la sartén. También se puede usar la freidora. El único requisito es que el aceite esté hirviendo, esencial si queremos que nos queden crujientes. Freímos hasta que se doren y es normal que se formen una especie de verrugas o burbujas en la masa por el efecto del aceite hirviendo.

Para servirlas, las ponemos en un plato con una servilleta para que se empapen del aceite sobrante y comemos de inmediato para disfrutarlas bien calentitas.

miércoles, 8 de enero de 2014

Receta de tarta de sobaos, limón, queso Philadelphia y nata

Los sobaos son uno de los dulces más característicos en los desayunos y meriendas en España, y además de comerse solos o con un café con leche, sirven para hacer multitud de postres. En este caso y como suele ser habitual, se usarán como base del postre. Es recomendable que para la ocasión, es que se compren los sobaos Martínez, puesto que los de marcas blancas no saben igual.

Ingredientes necesarios para la tarta de sobaos

Para hacer el postre para unas 6-8 personas, vamos a necesitar un paquete de sobaos (más o menos 24), 2 limones, 3 lonchas de gelatina neutra, 30-50 gramos de azúcar glasé, 250 gramos de queso estilo Philadelphia y 500 ml de nata para montar.

Como utensilios vamos a necesitar un recipiente cuadrado y alargado para meter el postre, puede ser un tupper si no vamos a presentarlo o desmontable si lo queremos presentar bien. También vamos a utilizar, una batidora con varillas para montar la nata, un recipiente para montarla, un calentador y algo de agua.

La elaboración del postre de sobaos

La elaboración es muy sencilla. En primer lugar metemos las hojas de gelatina neutra en agua fría o del tiempo, unos cinco minutos, para que se ablande. Mientras se hace eso, exprimimos el jugo de los dos limones (tres en caso que sean pequeños) y lo ponemos en el calentador con el azúcar. Escurrimos la gelatina (pasados los cinco minutos) y se incorpora al jugo de limón y azúcar. Una vez disuelta la gelatina se aparta del fuego y se reserva.

En un recipiente, ponemos la nata (bien fría) junto con el queso blando. El queso blando no importa que no sea de marca, lo importante es que sea de una consistencia y sabor parecido. Cogemos las varillas y vamos montando la nata y queso, aunque no hace falta que esté montado del todo.

Cuando haya cogido cierta consistencia, vamos añadiendo el zumo de limón con la gelatina y batimos lentamente para que se mezcle todo. Una vez que esté todo ligado lo reservamos mientras colocamos en el fondo del recipiente los sobaos, bien juntos. Una vez que tengamos toda la base cubierta, vertemos la mezcla de nata, queso y limón sobre los sobaos y refrigeramos hasta que vayamos a servir. Deberán pasar al menos tres o cuatro horas.

Las variantes de la tarta

Como cada postre, todo tiene su posibilidad de cambio. En primer lugar, se puede “mejorar” la base. Una de las variantes más exquisitas, sería la incorporación de piña. Se coge unos 50-60 gramos de confitura de piña y se mezcla con un par de cucharadas soperas de agua. Se pone al fuego y se disuelve hasta que quede un almíbar.

Ese almíbar se esparce en la fuente alargada antes de poner los sobaos, para que estos luego se impregnen de ese sabor. También se puede hacer lo mismo con el propio jugo de limón. En vez de dos limones grandes podemos coger tres y echar un poco más de azúcar y verter parte del contenido en la fuente antes de echar los sobaos, para que cojan el gustillo.

Por otro lado, si gusta ese sabor, se puede rallar la piel de uno de los limones y añadirlo decorativamente por encima. Dará un toque amargo a la cobertura y será un contraste con el dulzor de los sobaos.